miércoles, 21 de diciembre de 2011

El comportamiento agresivo

Se entiende por agresión cualquier conducta que pretende causar o dañar a alguien o a algo. Aunque en la infancia son mucho más frecuentes las conductas amistosas que las conductas agresivas, todos los niños/as manifiestan alguna vez este tipo de conductas, que, por otro lado, les sirven como experiencias de aprendizaje, a la vez que las personas adultas les enseñan a resolver las situaciones conflictivas de una forma alternativa.

TIPOS DE AGRESIVIDAD

Podemos considerar tres categorías asociados a comportamientos agresivos en la infancia:

- Agresividad adaptativa. Forma parte del desarrollo normal del ser humano y constituye una respuesta lógica ante la frustración. Alrededor de los dos años, cuando el pequeño empieza a descubrir su personalidad, aparecen muchas de estas conductas de oposición, como crisis, rabietas y llantos, que intentan ponerse a la voluntad de la persona adulta para imponer los propios deseos.

Se trata de un comportamiento de autoafirmación que pone a prueba la paciencia de padres y educadores.

El niño/a no entiende por qué no puede hacer aquello que desea. Las rabietas, las patadas, los golpes y los mordiscos son formas habituales utilizadas para defender su yo y manifestar su frustración.

Pero, al mismo tiempo, el niño/a está averiguando hasta qué punto pueden conseguir lo que se proponen y cuáles son las consecuencias de comportarse agresivamente.

- Conductas agresivas no adaptativas. Son las agresiones que se utilizan para resolver conflictos, pero que en realidad no solucionan nada y suponen unos costes personales mayores que las ganancias que conllevan. Este tipo de conductas deterioran las relaciones sociales y originan problemas de convivencia importantes. Suelen estar causados por dificultades de adaptación al entorno, por celos, etc.

Aunque las niñas y los niños agresivos suelen estar mal valorados entre sus compañeros/as, generalmente no les preocupa el rechazo que puedan originar, ya que piensan que con sus acciones dominan a los demás. Por otro lado, confían en que la agresión les hará obtener siempre algo beneficioso, como detener la acción de los otros o aumentar su propia autoestima.

- Trastorno de conducta disocial. Conductas agresivas más graves que se manifiestan a partir de los diez años y en la adolescencia, en las que la violencia es gratuita.

Se manifiesta por peleas e insultos frecuentes, agresiones a personas o animales, robos, provocación de incendios, incumplimiento repetido de las normas, todo ellos, acompañado de la falta de sentimientos de culpa.

Entre las posibles causas de este trastorno destaca la pertenencia a familias con problemáticas importantes: maltratos infantiles, alcoholismo, pobreza extrema,...

POSIBLES CAUSAS DE LA AGRESIVIDAD INFANTIL

La adopción de modelos de comportamiento agresivo está vinculada de forma determinante a una socialización deficiente.

Desde una perspectiva social, se ha observado que el tipo de juegos y juguetes pueden influir para favorecer conductas más agresivas en los niños, a la vez que se valoran negativamente y se reprimen esas mismas conductas en las niñas.

Por otro lado, la violencia televisiva ejerce influencias negativas en las edades tempranas. La violencia emitida por los diferentes medios de comunicación y ocio, como los videojuegos o las películas, podría ayudar a generar conductas agresivas. Los niños/as pueden llegar a imitar conductas violentas o a pensar que el mundo está lleno de peligros que hay que combatir.

Uno de los aspectos más determinantes en el desarrollo de la agresividad infantil es el comportamiento agresivo de los padres y las conductas de rechazo o distanciamiento hacia sus hijos, así como los continuos conflictos que se producen en muchas parejas. Todas estas circunstancias pueden originar en los hijos problemas emocionales y conductas agresivas.

Albert Bandura en su teoría del aprendizaje social argumenta que los pequeños aprenden la mayoría de las conductas imitando el comportamiento de otras personas, especialmente de las que son más significativas para ellos.

Este psicólogo canadiense realizó un experimento clásico sobre aprendizaje y agresión.

Para concluir con este tema os dejo este vídeo donde podréis observar como los niños y niñas aprenden a comportarse agresivamente mediante la observación de otros modelos agresivos, en este caso, sus padres.

  

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